25.3.08

Ya estoy aqui...

Bueno, pues ya hemos vuelto a casa, la verdad es que han sido unos días tremendos, llenos de momentos vividos con la familia y que gusta tener al menos unos días al año para (sin que sea navidad) estar ahí, con los tuyos disfrutando del cariño, las atenciones y la candidez de tu familia.

Llegamos el Miércoles por la noche, tras solventar un problema con la compañía aérea (fue imposible encontrar a última hora billetes de AVE para Madrid-Sevilla), IBERIA, cuidado con el check-in Online, intentar hacerlo lo antes posible, puesto que, sino os podéis quedar o bien sin asientos y tener que viajar en las rodillas de las azafatas, o bien, tener que ir sentado en el ala del avión; fucking overbooking que cantaba Tontxu en "Somos de colores".

Bueno, tras tomar tierra en Sevilla fuimos a recoger a Hanna, una amiga de mi cuñada que también venía a la capital hispalense y ver por primera vez la semana santa sevillana, es gracioso como nos ven desde fuera, y como los de España solemos tomar el pelo a los extranjeros, esto va por mi chico, que se pasaba el día gastándole bromas a la pobre criatura, a la que llamaba "Diana si D" puesto que Hanna en Checo se pronuncia "Iana"...

Tras recoger a la chica en la estación, donde un perro del tamaño de un ratón me mordió en la pierna, y es que, por mucho que me gusten los animales, una no puede recorrer Sevilla tocándoles las narices a los animales al grito de "cuchi-cuchi".

El Miércoles estuvo toda la noche lloviendo, también el Jueves hasta bien entrada la tarde, donde pudimos disfrutar un poco de la semana santa sevillana, viendo algunos pasos y cenando pescadito típico (curioso que mi chico no quiera comer pescado en Madrid y allí no comiera prácticamente otra cosa).

El Viernes aprovechamos para conocer el pueblo de mi cuñada, "La puebla de los Infantes", donde tuvimos una curiosa anécdota con una vecina que dejo las llaves dentro de su casa, montando un dispositivo que haría la envidia del mismísimo equipo A, al final, unos por el tejado, otros por la escalera, y demás conseguimos que la vecina se descolgara (sin riesgos) hasta su casa, tras eso pudimos pasear por el campo, y ver caballos, vacas, y disfrutar de la compañía de Paco, un precioso perro campestre que no se separó de nosotros en ningún momento...

El Sábado aprovechamos para hacer turismo por la ciudad (de ahí es la foto que os pongo), la plaza de España, la Giralda, la maestranza, etc...

Y el Domingo estuvimos en Carmona, un precioso pueblo a 30 Km de Sevilla donde hay un bonito alcazar y disfrutamos de sus estrechas calles, de su sol y de su comida y bebida, y es que comer y beber es lo que más hemos hecho en las vacaciones.

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