Disfrutar de unos días de tranquilidad, aire fresco y el baño en las charcas (la abuela y la nieta) en agua de manantiales que tan bien viene para la piel y para mantener el cutis hidratado y terso (que luego vienen las arrugas y las manchas de la piel).
Además gozar de la buena bebida, y mejor comida, y es que otra cosa no, pero comer y descansar ha sido lo que más he hecho en estos días pueblerinos, y es que la carne y los quesos (también los embutidos) es de lo mejor que uno puede llevarse al estómago...
El apetecible aire fresco que se levanta por las noches, y propicia el dormir tapadito y acurrucadito, en pleno verano eso es un lujo que muy pocos pueden permitirse.
En fin, ya estoy de vuelta, os espero a todos (y todas) alli, en (desde ahora) mi pueblo, Piedralaves.
1 comentario:
ya ví las fotos que me mandó Rafa, es un sitio muy bonito.
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