Lo cogió mi marido y según aquella noche entró en casa y dijo nena, creo que me he constipado empecé a temblar, y es que desde que nos hemos casado los catarros, vómitos o cualquier enfermedad susceptible de ser contagiada la pasamos a medias (eso dijo el cura al casarnos, diréis algunos ¿Para lo bueno y lo malo no?), así que aquí me tenéis a mi, de reposo absoluto, que aunque me quiero fugar a trabajar como si me fugara de Alcatraz tengo a mi marido de carcelero y no me deja salir. Vale, que no es plan que esté peinando a una señora y me venga una tos y la deje la cabeza echa un cristo ¿verdad? Pero en casa me aburro tanto. Esta mañana sin ir más lejos me ha dado tiempo a re colocar los armarios y a sacar la ropa de Invierno, que esa es otra, ahora vivimos la temporada del hortera, que le llama la cuñada, puesto que uno va con jersey y pantalones cortos. En fin, a ver si mejoro (porque buena ya estoy), y me largo a trabajar, de momento ahí sigo durmiendo con 38... De fiebre, no me seáis mal pensados.
1 comentario:
pues nada, que te mejores y vayas pronto a tocar el pelo a las señoras.
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