Que Dios nos perdone

Madrid, verano de 2011. Crisis económica, Movimiento 15-M y millón y medio de peregrinos que esperan la llegada del Papa conviven en un Madrid más caluroso, violento y caótico que nunca. En este contexto, los inspectores de policía Alfaro (Roberto Álamo) y Velarde (Antonio de la Torre) deben encontrar al que parece ser un asesino en serie cuanto antes y sin hacer ruido. Esta caza contrarreloj les hará darse cuenta de algo que nunca habían pensado: ninguno de los dos es tan diferente del asesino.

Últimamente el cine nos esta regalando perlas, perlas de realidad, siempre he leido aquello de que el cine español nos muestra, y de que manera, nuestras "miserias" y desde luego, con esta película que hoy os comento, no puede ser de otra manera. Parece como si Domingo Soroyen, su director se hubiera empapado del cine de David Fincher, o hubiera pasado, de una manera magistral, por el tamiz de "Sev7n" al cine patrio.

Tenemos un asesino de ancianas, a las que va matando cada vez de una forma más retorcida y cruel, y 2 policias, uno tartamudo y otro violento y destructivo. No he dicho nada que no se muestre en la sinopsis de la película o que podáis ver en el trailer.

Admito que tanto Antonio de la Torre, con un carreron a sus espaldas tanto en cine como en series de TV como Roberto Alamo, son 2 actores como la copa de un pino, y además hacen a Madrid, mi ciudad, parte de los personajes de la historia.

En definitiva, una cinta MUY recomendable, casi completa, solida y sin apenas taras.